Una tarde de verano, mamá Pata estaba en su nido incubando cinco hermosos huevos. Papá Pato también esperaba andando de un lado para otro. Los patitos comenzaron a picotear la cáscara de los huevos, poco a poco iban naciendo. Sólo faltaba el último huevo que era mayor que los otros. Cuando nació, el último patito era diferente de los otros,blanco y deforme, grande y feo. “No tengo valor para pasear con el”,decía mamá Pata, avergonzada de tener un patito tan feo. Mamá Pata se animó a pasear con sus hijitos. Entonces se encontró con unos animales,entre ellos un pavo que encontraba muy lindos a los patitos amarillos pero al otro “horroroso”.